Con alguna nube
negra amenazante en lontananza, ráfagas de viento fresco y un tímido sol,
jugueteando con las nubes, comenzamos nuestra ruta desde la Colonia de San Juan
hasta el embalse de Picadas.
Este remanso
verde del Alberche, transcurre por una antigua vía de ferrocarril abandonada,
que nunca llego a funcionar. El proyecto de finales del siglo XIX, pretendía
unir la línea férrea Madrid- Almorox (Toledo), con el oeste peninsular a través
del valle del Tiétar.
La ruta es
llana y de una gran belleza, acompañando nuestro caminar el constante murmullo
del agua del río Alberche, vida de esta comarca, por un lado y las laderas
cubiertas de vegetación por el otro, consistente principalmente en grandes
pinos y pequeñas encinas.
El mismo
paisaje se mantiene en los 14 Km de ida y vuelta, pasando por puentes y
viaductos para salvar el río en diferentes puntos y por un túnel escavado en la
roca, hasta llegar a la presa de Picadas, donde pudimos observar la profunda
garganta del río Alberche, convertida en embalse en el año 1952. Durante un
tramo de la ruta, tuvimos el privilegio de ser escoltados, desde el cielo, por
un grupo de buitres leonados.
Sin lugar a
dudas, fue un gran acierto la elección de esta ruta, por parte de la comisión
que programa las salidas de senderismo. Desde aquí, damos las gracias a las
personas que la componen, por su dedicación y trabajo, que permiten que los
demás disfrutemos.
En el
autobús de regreso a casa, en nuestras mentes se entrelazaban las escenas de la
Naturaleza vivida y disfrutada, con un sentimiento de cierta nostalgia, por
dejar este bello paraje, al cual, sin duda merece la pena volver …
Mª del Mar e
Isaac