Visitamos
la localidad qué en tiempos de la dominación romana de Hispania, se conoció con
el nombre de “Apis Aurelia”, así
denominada por la abundancia de colmenas, y cuyo núcleo de población se formó
al albor de la ciudad cercana de “Aurielae”.
Declarada
Bien de Interés Cultural en el año 2013, en la categoría de Conjunto Histórico,
forma parte de una de las once Villas de Madrid, que han mantenido su
autenticidad rural y conservado sus tradiciones y su Patrimonio, nos referimos
a Colmenar de Oreja.
Seña
de identidad de esta villa, son sus canteras. La piedra caliza, de baja
porosidad y altamente resistente a la intemperie, hizo que los principales monumentos
de la capital, fueran hechos con esta piedra blanca. Como ejemplos están: el
Palacio Real de Madrid, y de Aranjuez, las Puertas de Alcalá y Toledo, y La
Cibeles, entre otros.
Uno
de los atractivos de esta ciudad, título concedido por el rey Alfonso XIII en
1922, es el Museo del pintor y escultor colmenarete, Ulpiano Checa. Artista de
finales del XIX y principios de XX, qué a pesar de vivir más tiempo en Francia
que en España, nunca olvidó su tierra natal, donde pidió ser enterrado.
Se
le ha adscrito al movimiento del posromanticismo y fue más reconocido en vida,
que después de su fallecimiento, estando considerado como un pintor ecléctico.
Destacan sus cuadros históricos y orientales, donde utiliza el recurso de los
caballos al galope.
Otro
punto de interés fue la Plaza Mayor, excelente ejemplo de plaza castellana
porticada, su construcción tardó 118 años, entre los siglos XVII y XVIII, permitiendo
salvar el barranco que separaba el casco antiguo de los arrabales. Destacan dos
construcciones, el Ayuntamiento y el antiguo Pósito.
Desde
la plaza Mayor, accedimos al túnel del arroyo del Zacatín que se encuentra bajo
la plaza. En sus proximidades están los jardines en terrazas y la Fuente del
Zacatín o del Barranco.
La
iglesia de Santa María la Mayor, construida inicialmente en el siglo XIII por
la orden de Santiago y ampliada en siglos posteriores, también fue objeto de
nuestra atención. Con aspecto externo de fortaleza, su interior es de estilo
gótico con aportaciones renacentistas.
Después
de visitar el Teatro Municipal Diéguez, levantado en el siglo XIX, en el antiguo
Hospital de la Caridad, pusimos punto final a la visita cultural con la comida habitual.
Agradecemos
desde aquí a Natalia, guía de la visita, sus excelentes explicaciones, así como
su simpatía…
Isaac
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