En
un día caluroso, como corresponde a la época del año en que estamos, penúltima
salida del curso, esta vez a la Quinta de la Fuente del Berro, en el barrio de
Salamanca, que debe su nombre a una fuente, que curiosamente se encuentra fuera
del recinto del parque.
Las
primeras noticias que se tienen de las aguas de este manantial, muy apreciadas
por los reyes de España, datan de 1470, aguas calificadas como “gordas·, por su
dureza y mineralización. Hoy ya no es una fuente natural, su agua es procedente
del Canal de Isabel II.
Este
jardín histórico de la primera mitad del siglo XVII, tiene su origen en una
finca junto al arroyo Abroñigal, que el Condestable de Castilla, vendió al rey
Felipe IV en el año 1630. Desde 1954 es propiedad municipal.
El
parque de estilo paisajista, está configurado por praderas a diferentes
niveles, surcadas por sinuosos paseos y donde el agua es un elemento
importante, cascadas, estanques y fuentes, junto a las estatuas existentes,
aportan un carácter romántico a este jardín.
Entramos
a la Quinta por la puerta de la Fuente del Berro y en nuestro caminar, cascadas
y fuentes aparte, pudimos admirar el monumento a Bécquer, poeta posromántico, donde
además de la figura en bronce del poeta, una mujer a su izquierda personifica
sus “Rimas” y a la derecha una pareja representa una escena de sus “Leyendas”.
En
las proximidades de la Ría, se encuentra un busto de Enrique Iniesta, insigne
violinista madrileño, de comienzos del siglo XX, que llevó por el mundo toda la
música de España, como reza en el pedestal.
En
el parque también se halla una estatua dedicada a Pushkin, poeta, dramaturgo y
novelista ruso del movimiento romántico. Fue donada en el año 1981 por la
ciudad de Moscú a la villa de Madrid. En correspondencia Madrid donó a Moscú
una estatua de Miguel de Cervantes.
Más
que una ruta, esta salida fue un paseo relajante y contemplativo, en este
rincón romántico de Madrid, donde uno se puede refugiar, especialmente cuando
el calor aprieta, y disfrutar de unos momentos de paz, bajo las frondosas
arboledas de cedros, pinos, cipreses y plátanos de sombra…
Isaac
Una mañana estupenda para disfrutar de un Parque precioso y con mucha historia. El grupo como siempre fantástico.
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