Un enclave situado cerca de la frontera de los reinos castellanos y musulmanes durante la Reconquista, una villa qué en la Baja Edad Media, época de máximo esplendor, llegó a contar con hasta catorce iglesias, bien merecía una visita.
Nos
referimos al lugar en que los celtiberos en la Edad del Hierro acuñaron su
propia moneda llamada As, y que bautizaron con el nombre de Tithia y al que los
árabes posteriormente llamaron Atienza.
Término
que deriva de la palabra árabe “hadinza” que significa, montículo o colina. El
pueblo se caracteriza por su ubicación en un terreno elevado y por el castillo de
construcción árabe y reformado por los cristianos tras la Reconquista, situado
en la parte más alta. El Cantar del Mío Cid, se refiere a estas tierras con el
calificativo de “peña muy fuerte”.
La
plaza estuvo fortificada mediante el castillo y dos cercos de muralla que
circundaban a este y a la villa. El primer cerco fue construido por Alfonso VII
en el siglo XII y el segundo, más amplio y de época posterior, fue construido
por Alfonso VIII.
La
Caballada es la fiesta más representativa y se celebra el domingo de
Pentecostés. Conmemora un hecho histórico ocurrido en 1163, cuando las tropas
de Fernando II de León cercaron a Atienza para capturar a su sobrino Alfonso VIII,
siendo aún un niño, y hacerse con la corona castellana. Los arrieros
escondieron al infante en una comitiva y consiguieron llevarle a Segovia,
poniéndole a salvo.
La
villa se articula alrededor de dos plazas típicamente castellanas con
soportales, la plaza de España, donde se encuentra el Ayuntamiento y la casa
donde nació el comunero Juan Bravo y la plaza del Trigo o del Mercado donde
destacan la iglesia de San Juan y la Casa del Cabildo. Ambas plazas se
comunican por el arco de Arrebatacapas, puerta de la primera muralla.
Visitamos
el museo etnográfico localizado en la Posada del Cordón, caserón del siglo XV y
el museo de arte sacro de San Bartolomé, iglesia románica del siglo XIII
modificada en los siglos XVI y XVIII, donde destacan el Cristo de Atienza, un descendimiento
de estilo gótico, y una colección de fósiles.
En
la iglesia de la Santísima Trinidad del siglo XIII inicialmente románica, contemplamos
el museo de la Caballada y una exposición de arte religioso, donde sobresalen el
Cristo del Perdón de Luís Salvador Carmona y el Cristo de los Cuatro Clavos de
estilo tardo románico.
En
resumen, disfrutamos de una jornada de historia y arte que no defraudó las
expectativas ...
Isaac
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