Una
vez más volvíamos a la meseta alcarreña, al bello pueblo de Fuentelencina, si
en ocasiones anteriores el motivo fue cultural o gastronómico, en esta ocasión
lo hacíamos por razones de puro senderismo, para realizar la ruta circular en
torno al arroyo Carraguadalajara.
Esta
villa hasta el siglo XVI perteneció a la orden militar de Calatrava, en que sus
vecinos para no ser vendidos a señorío particular, pagaron 1.232.000 maravedies,
para ser villa de realengo y de jurisdicción propia. Su calle principal está
atravesada por la Cañada Real Soriana Oriental.
Comenzamos
la ruta en su Plaza Mayor, donde destaca el Ayuntamiento, edificio del siglo
XVI de estilo renacentista, con doble galería en el frente y puerta de entrada
de doble arco, encima de la cual se pueden ver los escudos del emperador Carlos
I, de la orden de Calatrava y de Fuentelencina.
Pasamos
por delante de la iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Nuestra Señora,
construida a mediados del siglo XVI, en cuyo interior destaca su retablo mayor
de estilo plateresco, con pinturas y esculturas de ese mismo siglo.
Continuamos
callejeando, para observar el paño de muralla que se conserva y que
antiguamente rodeaba toda la villa. También se conservan los restos de una
torre conocida popularmente como de la “Mora
Cantana”.
De
las inmediaciones de la ermita de La Soledad, construida en el siglo XVII,
parte el camino donde comienza la ruta. Pronto pudimos observar el paisaje de
los campos de labor, principalmente compuesto por sembrados de trigo y de cebada.
Después
de varias pendientes de subida y bajada, alcanzamos el barranco del arroyo
Carraguadalajara, donde nuestro caminar se veía alegrado por el color rojo intenso
de los campos de amapolas. Llegamos a una zona muy arbolada donde se encuentra
un antiguo molino en el término municipal de Moratilla de los Meleros.
Desde
ahí comenzamos una ascensión que nos llevó a un llano que desembocaba en la
zona conocida como “El Refugio”. En
este lugar, nuestros amigos de Fuentelencina, nos habían preparado una magnífica
comida campestre, qué como colofón, finalizó con una muestra de jotas y
canciones de ronda del folklore tradicional. Muchas gracias a todos ellos por
el excepcional trabajo y esfuerzo en favor del Grupo.
Disfrutamos
de un día formidable, por la ruta, a pesar del calor, por la comida compartida y por la excelente armonía reinante en el Grupo …
Isaac
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