Ya
se ha convertido en una tradición, qué en los últimos días del curso, el Grupo
realice un viaje cultural y de ocio. Si el pasado año fuimos al noroeste de
España, Galicia, en esta ocasión lo hicimos al noreste, al Pirineo catalán y a
Andorra.
Para
que el viaje de ida a la estación de La Molina resultase algo más cómodo,
hicimos un alto en el camino, realizando una visita guiada al casco histórico
de Lérida. Destacamos el Castillo del Rey o de la Suda, cuya construcción se
remonta al siglo IX, donde el rey Jaime I fue coronado y la Catedral Vieja del
siglo XIII, que presenta estilos románico y gótico.
El
románico catalán también fue objeto de nuestra atención, especialmente los
monasterios fundados por Wifredo el Velloso en el siglo IX, San Juan de las
Abadesas, en cuya iglesia se conserva un descendimiento de estilo románico de
transición al gótico y Santa María de Ripoll, que conserva un pórtico del siglo
XI y un claustro románico de doble planta.
De
especial belleza fue llegar a las fuentes del río Llobregat a 1.300 metros de
altitud. Comenzando desde el pueblo de Castellar de Nuch, una senda descendente
en medio de abundante vegetación, nos llevó frente a una cascada de agua
saliendo de las rocas calizas, lugar de nacimiento del río.
Visitamos
el santuario de la Virgen de Merixell, patrona del Principado de Andorra,
situado en el desfiladero que recorre el río Valira, entre España y Francia.
Este santuario fue construido en 1976, obra del arquitecto Ricardo Bofill,
sustituyendo al templo románico que se incendió en el año 1972.
Uno
de los ejemplos del inicio de la industrialización en España, fue la fábrica de
cemento Asland, que funcionó entre los años 1904 a 1975 y hoy convertida en el
Museo del Cemento. Para visitar este museo tomamos un tren en La Pobla de
Lillet, por cuya vía llegaba el carbón a la fábrica y a su vez servía para sacar
el cemento terminado. Antes de llegar paramos en los jardines de Artigas, que
fueron diseñados por Gaudí para esa familia.
Disfrutamos
de unos paisajes espectaculares en el entorno de La Molina, con los picos de La
Tosa, Puigllançada y Coll de Pal, con zonas de bosque donde abundan los abetos,
pinos negros, castaños, olmos y fresnos entre otros. Hotel excelente con un
trato familiar por parte de los propietarios, espectáculos diarios y sesiones
de baile todas las noches.
De
regreso, efectuamos una parada para visitar el santuario de la Virgen del Pilar en Zaragoza. En
resumen, un viaje para el recuerdo, donde disfrutamos de la naturaleza, cultura
y ocio, y quizás tan importante, unas jornadas de confraternización que
propician más la unión del Grupo …
Isaac
Que bien lo pasamos, fantástico trato en el hotel y el personal muy amables. Un recuerdo para siempre
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