La
ruta de esta jornada comenzó en la vertiente sur de la sierra de Guadarrama,
concretamente en el pueblo de Pedrezuela, cuyo nombre deriva de “pedra”
(piedra) y del sufijo femenino “zuela”, como diminutivo. Esta villa se formó a
finales del siglo XIII, en torno al puente sobre el río Guadalix en el camino
que conducía de Segovia a Toledo.
Al
poco de comenzar, en lontananza, una atalaya árabe del siglo X, de los tiempos
de Abderramán III, vigilaba nuestros pasos. Después de un descenso de pendiente
suave al comienzo, y más pronunciada en la parte final, llegamos a uno de los
parajes más bonitos del recorrido, la presa del Azud de El Mesto, hoy en
desuso, puerta de entrada al cañón del río Guadalix.
Debido
a las pérdidas de agua que se producían en el embalse del Pontón de la Oliva
por las filtraciones del terreno calizo, se construyeron por presos, la presa y
el canal de El Mesto en 1859, ampliados posteriormente en 1905 para derivar el
agua desde el río Guadalix al canal primitivo de abastecimiento de agua a
Madrid.
En
este punto disfrutamos de un paisaje mediterráneo rico y denso, compuesto en su
mayoría por enebros, encinas, fresnos y alisos. Estos últimos dan nombre al
río, ya que Guadalix es una derivación del árabe, como “río de alisedas”.
También encontramos ejemplares de cornicabras, árbol pequeño, que aparece en
encinares de zonas húmedas.
Este
río que discurre totalmente por la Comunidad de Madrid, es un afluente del
Jarama y nace en la sierra de la Morcuera, en el término municipal de
Rascafría.
Cruzando
el río, la senda continúa por la ladera del cañón en la margen izquierda, por
encima del canal, observando a nuestro paso almenaras y sifones, hasta llegar
al otro punto de gran belleza de la ruta, la cascada y poza del Hervidero,
cascada doble, debido a la gran roca que rompe las aguas del río.
La
parte final se realiza por la margen derecha, hasta llegar a un puente de
madera, que nos permite después de un corto recorrido por la margen izquierda,
acceder a un área recreativa, próxima al polígono industrial de San Agustín de
Guadalix, donde finalizamos nuestra ruta.
Disfrutamos
de una ruta de gran belleza, debido al marco incomparable que es el cañón del
río Guadalix, a los saltos caprichosos del agua y al paisaje típicamente
mediterráneo. Por suerte y para completarlo, nos acompañó un día otoñal soleado
…
Isaac
Me la perdí por culpa de un resfriado y algo de fiebre, pero como siempre veo lo bien que lo pasasteis y lo bonita que fue la ruta.
ResponderEliminarEste grupo no para de disfrutar de la naturaleza. Gracias a todos por vuestra generosidad.