Aunque
la ruta programada para esta jornada era la Hoz del Jarama, debido al estado
del piso por las lluvias de esta semana y de la anterior, la prudencia
aconsejaba un cambio de la misma.
Precisamente
aprovechándonos del agua caída y de la situación de los embalses, pensamos que
acercarnos a contemplar la belleza de la cascada del embalse del Villar podía
ser un buen cambio.
La
ruta elegida fue la de El Berrueco hasta el Pinar de Casasola, pasando por la
presa de El Villar, una ruta conocida que habíamos realizado en febrero del año
pasado, por última vez.
El
pueblo de El Berrueco, se asienta a espaldas de la Sierra de la Cabrera y
frente al embalse del Atazar. Su nombre significa peñasco rocoso y hace
referencia al cerro de granito que domina la población por el norte.
Comenzamos
en la iglesia de Santo Tomás apóstol, iglesia del siglo XIII, realizada en
varias fases, de estilo románico-mudéjar. Desde allí se contempla una bella
panorámica del embalse del Atazar.
Seguimos
parte de la Senda de Genaro, bordeando el embalse del Atazar, marcada como
senda de gran recorrido GR-300. Esta senda por la Sierra Norte de Madrid, de 70
kilómetros de longitud, es una ruta circular que conecta todos los municipios
que rodean el embalse de El Atazar.
La
ruta sigue por el camino de Servicio del canal del Villar, inaugurado en el año
1912, para el suministro de agua a Madrid, qué con una longitud de 16,7 km, une
el embalse del Villar con el depósito en Torrelaguna.
La
pista forestal, en buen estado para las recientes lluvias caídas, nos permitió
contemplar las construcciones hidráulicas del canal, como son las almenaras de
La Tejera y La Alameda, que permiten la regulación del caudal del agua que
circula por el canal del Villar.
Continuando
la senda, alcanzamos la Central Hidroeléctrica del Villar, inaugurada en 1991,
cuyas turbinas son impulsadas por los caudales que se desaguan al río.
Espectacular
la belleza de la cascada que se produce al desembalsar el agua por un lateral
de la presa del Villar, en el curso bajo del río Lozoya. Tras una subida
pronunciada, finalizamos la ruta en el Pinar de Casasola, zona verde de pinos
resineros, encinas, quejigos y álamos.
Con
baja temperatura, cielo nublado, soleado por momentos, y ausencia de lluvia,
disfrutamos de la belleza del agua y experimentamos la sensación de vida que ella
nos proporciona…
Isaac
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