En
esta jornada encaminamos nuestros pasos a una de las zonas verdes más emblemática
de Madrid, el parque del Oeste, inaugurado en el año 1905 por el alcalde
Alberto Aguilera, en lo que era hasta entonces el principal vertedero de
basuras de la Villa.
Durante
la Guerra Civil el parque quedo muy deteriorado, al ser línea del frente en la batalla
de la Ciudad Universitaria. Todavía hoy se pueden contemplar, en la parte norte,
tres bunkers del bando nacional, testigos de aquella lucha fratricida.
Terminada
la guerra, Cecilio Rodríguez, responsable de parques municipales, se encargó de
su reconstrucción. En años posteriores se amplió el parque con los terrenos del
Cuartel de la Montaña y se creó la Rosaleda.
Comenzamos
la ruta atravesando el parque de la Bombilla, situado a los pies del parque del
Oeste y separado del mismo por la línea férrea. No se sabe con exactitud a que
debe su nombre, popularmente se cree que en la zona había un bar llamado “La
Bombilla”.
Tras
cruzar el ferrocarril, entramos al parque del Oeste a la altura del monumento a
Simón Bolívar, figura clave en la independencia de España de lo que hoy son Venezuela,
Colombia, Ecuador y Panamá. Consiste en una estatua ecuestre en bronce del
libertador, sobre un pedestal de granito.
No
lejos de allí, se encuentran la estatua del monumento al Maestro de Víctor de
los Ríos y la de Miguel Hidalgo, sacerdote, académico y militar que encabezó la
primera etapa de la Guerra de Independencia de México, es considerado el padre
de la patria.
Continuamos
caminando hasta el grupo escultórico dedicado a la Virgen, figura en bronce
sobre una columna de piedra, obra del año 1975. Desde allí nos encaminamos
hasta las proximidades de la Escuela de cerámica.
Seguimos
hasta la Rosaleda, donde a pesar de la época del año en que estamos, todavía
pudimos admirar la belleza y colorido de diferentes clases de rosas. Estando
allí comenzó a caer una lluvia muy fina, el clásico sirimiri, que hizo que
apretáramos el paso, para dar por finalizada la ruta.
A
pesar de lo cubierto del día, sólo nos llovió finamente al final, pudimos
disfrutar de otra zona verde de Madrid, donde al placer de caminar
sosegadamente en un bello entorno, añadimos el complemento de algunos toques
históricos…
Isaac


























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